Si quieres definir tus objetivos, el primer paso es preguntarte qué hace que eso sea importante para tí. Hablamos del sentido de lo que quieres: ¿para qué?
El “para qué” de los objetivos
Sin tu “para qué” fuerte y claro, un objetivo que puede parecerte importante, irá perdiendo sentido en el camino, o tú irás perdiendo la energía necesaria para lograrlo y la motivación se desvanece. Seguramente ya has vivido esto!
¿Cuál debe ser tu punto de partida?
Imagínate algo así como una película con una multiplicidad de escenas de bienestar en las cuales tú eres el protagonista. ¡Escríbelo!Es el primer paso. Además, servirte de una metodología de coaching ejecutivo es fundamental a la hora de aportar claridad a lo que estás buscando como objetivos.
Brecha entre tu presente y tu futuro deseado
La brecha es el espacio entre tu estado actual y tu estado futuro deseado. Tus objetivos personales deberían ser escalones para que vayas subiendo achicando esa brecha.
Vas a poder definir así objetivos más claros y coherentes que orientarán tus acciones de manera efectiva.
Hazte siempre la siguiente pregunta: ¿ Lo que estoy a punto de hacer me acerca o me aleja de mis objetivos?
O también por qué no: ¿Lo que estoy a punto de postergar, posponer o procrastinar, me acerca o me aleja de mis objetivos?
Metas y objetivos coherentes con la visión personal
Simplemente…
- Haz una lista de las metas y objetivos que debes cumplir para llegar a tu visión.
- Busca especificidad en cada uno de ellos.
- Asigna un orden lógico.
- Fijaté a ti mismo plazos, es decir pon fechas cumplibles para evitarte frustraciones.
Si cumples con esta etapa podrás decir: ¡Estoy a punto de tener un plan!
¿Qué debo tener en cuenta al momento de poner fechas en mis objetivos?
Los objetivos necesitan fechas y plazos que tú consideres sean cumplibles por ti.
Ten en cuenta si quieres avanzar en forma simultánea con varios de ellos deberás analizar el esfuerzo de la superposición para asegurar la viabilidad.
Algunas veces la exigencia, la ambición y la ansiedad pueden llevarte a moverte de manera más torpe, a lanzarte a la acción sin plan, o bien a realizar acciones que tal vez no sean las mejores.
Detente a pensar nuevamente para evitar frustraciones innecesarias.
Un plan es conjunto de acciones
Ahora es el momento de volver sobre la lista de metas y objetivos y apuntar todas las acciones necesarias para lograrlos.
Es posible que descubras con el tiempo que esas acciones sean insuficientes, o equivocadas. No te frustres porque eso es esperable. Puedes agregar acciones nuevas que irás descubriendo con el tiempo.
Si cumples con esta etapa podrás decir: ¡Ahora si tengo un plan!
Prueba y error
Habrá prueba y error, y si logras aprender de esos errores te volverás cada vez más efectivo en conseguir lo que te propones.
En este punto el coaching laboral también puede hacer un aporte importante, para descubrir cuáles son tus maneras de ser y de hacer que te alejan de los resultados que estás buscando. Y trabajar sobre esos aspectos para saltar los obstáculos y poder avanzar de manera consistente hacia lo que te propones lograr.
Ahora que tienes un plan, manos a la obra
El plan es una hoja de ruta, ni más ni menos. Solamente la verdadera acción genera verdaderos resultados. Así que manos a la obra. Lleva esas acciones que has definido a tu agenda personal y comienza a realizarlas. Reserva tiempos para ellas así podrás asegurar avances.
Recuerda: Soñar e imaginar, descubrir la brecha, establecer las metas y objetivos necesarios, definir las acciones y poner tus propias fechas es la manera de mejorar tus posibilidades de lograr lo que te propones.
Todo esto es lo que trabajamos en un programa de un coaching ejecutivo. Si tienes interés en descubrir cuáles serán las vías de trabajo no dudes en solicitar una primera charla con nuestro coach leader Pablo Bellmunt